Las despedidas de solteros o de solteras no tienen término medio. O las odias o las amas. O eres de esos que disfrutas como un niño durante un par de días o es de esos que has decidido que nunca formarás parte de ese aquelarre y haces lo que sea para no estar presente. Vamos que eres capaz de inventarte la muerte de una tía de tu abuela…otra vez.
Lo que hay que reconocer es que las despedidas de soltero han evolucionado mucho. Ya nada tienen que ver con esas que podrían celebrar nuestros padres o incluso nuestros abuelos. Ahora se tienen que ver con una actividad más de ocio para reunirte con viejos amigos. Hay que olvidarse eso de emborracharse como piojos o acabar en lugares con luces.
Una despedida de soltero o de soltera se ha convertido en algo más. Una manera amena de pasar el tiempo, de olvidarte de tu día a día y reencontrarte con amigos del instituto, de la universidad o del pueblo. Ahora bien, como te digo, hay gente que sabe aprovecharlo al 100% y otros que, por el contrario, lo que hacen es intentar evitarlas. Cuando te invitan a una despedida se abre el libro gordo de las excusas.
Y estas despedidas de solteros han cambiado sobre todo gracias a la llegada de las nuevas tecnologías. Es cierto que han cambiado todo, y este sector no iba a ser menos.
Lo primero que ha cambiado es la forma de organización. Antes, la planificación se hacía mediante llamadas o reuniones en persona. Y eso era muy complicado porque casi siempre cada uno vive en un lado de España. Ahora, con aplicaciones como Doodle, Eventbrite o grupos de WhatsApp o de Telegram te permiten coordinar rápidamente detalles como fechas, lugares y actividades. Es cierto que como suele pasar en estas cosas siempre acaba siendo un peñazo y ese grupo acaba en archivado. ¿Verdad?
También ha cambiado a la hora de buscar los lugares. SI por ejemplo vamos a una casa rural en un pueblo perdido de León, pues oye, ya no nos vamos a perder. Es tan sencillo como usar Google Maps para llegar a los sitios. Lo mismo ocurre si hemos elegido un restaurante o bar, que acudimos a las reseñas para saber si allí se come bien. Aunque ya sabes la máxima, si ha camioneros, se come bien.
Redes sociales
En este caso las tecnologías no sé yo si han venido para mejorar las despedidas de soltero. Pero es cierto que todo va a quedar en las redes sociales. Atrás queda esa frase de “lo que pasa en la despedida se queda en la despedida”. No va a ser así porque ya se van a encargar las redes de contarlo todo, con el peligro que eso supone.
Las despedidas ahora suelen documentarse en plataformas como Instagram o TikTok, con vídeos editados en tiempo real. Además, algunos contratan servicios de fotografía y videografía que incluyen drones. Así que mucho cuidado con lo que hacemos.
La tecnología también ha facilitado la reserva de servicios como DJs, bartenders o animadores mediante plataformas como Fiverr o apps locales. En una fiesta temática en casa, el grupo contrata a un DJ para una experiencia musical con temas concretos y para darlo todo. Recuerdo que en mi última despedida que hicimos en Alicante, lo contratamos todo con Hot Despedida y en un barco nos puso un dj con música que nos puso un remember de la música de los 90 que hizo las delicias de todos.
Para los frikis
Para los más gamers, o como me gusta decir a mí, para los amigos más frikis, una despedida puede incluir sesiones de juegos multijugador. Un ejemplo divertido puede ser el de tene consolas portátiles como Nintendo Switch, grupos pueden jugar a títulos como Mario Kart o Super Smash Bros mientras viajan en tren o avión hacia el destino
Y, por último, lo de pagar ahora es mucho más sencillo. Ahora lo de dividir gastos es más fácil con herramientas como Bizum, PayPal, Venmo o Splitwise. Así te evitas pagar en metálico que eso siempre es un lío y, sobre todo, logras que el amigo ratilla no se escaquee de pagar todo lo que habéis hecho. Seguro que sabes de lo que estoy hablando.
Ya has visto que las despedidas han cambiado mucho, aunque la esencia sigue siendo la misma: pasarlo en grande y que el novio o la novia no se acuerden de nada al día siguiente.
