Tanto el ácido hialurónico como el colágeno se emplean en tratamientos de medicina estética y como ingrediente en la cosmética reparadora y antiedad. Pero, ¿en qué se diferencian el uno del otro? Vamos a verlo a continuación.
El ácido hialurónico es una glucosa presente en nuestro cuerpo de forma natural que cumple funciones de hidratación, retención de agua, reducir fricciones en las articulaciones o acelerar la cicatrización de las heridas.
Lo encontramos, por ejemplo, en los ojos, el humor vítreo es una especie de ácido hialurónico, en las válvulas cardiacas, en el pulmón o en los cuerpos cavernosos del pene.
El colágeno, por otro lado, es una proteína que fabrica el cuerpo por medio de unas células llamadas fibroblastos, presentes en todos los seres vivos. El colágeno forma parte del tejido conjuntivo y su función principal es la de mantener unidas las diferentes estructuras del organismo. Una de sus características es la elasticidad. En el cuerpo humano tenemos hasta 21 tipos de colágenos distintos. Aunque todos ellos son, en esencia, una cadena de aminoácidos.
En medicina estética, cuando leemos que el producto que nos van a infiltrar contiene colágeno o ácido hialurónico, presentimos que va a ser bueno para nuestra piel. Sin embargo, tal y como nos dicen los expertos de Medyglobal, una empresa mayorista de alcance internacional que abastece de fármacos a centros y clínicas de medicina estética, ambos productos son diferentes y se emplean con objetivos distintos.
Estos son algunos rasgos que nos han apuntado para diferenciarlos:
Tratamientos en los que se utilizan.
El ácido hialurónico y el colágeno se pueden infiltrar dentro de capas internas de la piel para eliminar arrugas y líneas finas de expresión.
El ácido hialurónico se emplea más bien para rellenar los espacios. Las moléculas de ácido hialurónico tienen la capacidad de retener hasta 1000 veces su peso en agua. Esto lo hace indicado para proporcionar volumen. Con este fin, se utilizaría, por ejemplo, para aumentar el volumen de los labios.
Precisamente, por esa capacidad de retener agua, este ácido es perfecto para hidratar la piel. La sequedad es uno de los problemas más habituales de nuestra piel, especialmente en el rostro, lo cual acelera el envejecimiento. Mediante la aplicación de ácido hialurónico, la piel se muestra más luminosa y resplandeciente. Precisamente porque la hemos dotado de esa hidratación que había perdido.
El colágeno, por su lado, lo que hace es aumentar la tersura y elasticidad de la piel. Se suele suministrar colágeno, por ejemplo, para subir los pómulos caídos. Un efecto que aparece en la cara como consecuencia del avance de la edad.
Muchos de los tratamientos de medicina estética que se utilizan van destinados a estimular la producción natural de colágeno. No debemos olvidar que el colágeno es una proteína que fabrica el cuerpo humano, pero que disminuye su producción a medida que vamos envejeciendo.
Los cuerpos con mayor proporción de colágeno son los de los niños. Podemos ver como su piel es más elástica. Es una condición necesaria para permitir el crecimiento.
A partir de los 30 años, el cuerpo humano va produciendo paulatinamente menos colágeno. Esto hace que las estructuras de nuestro cuerpo se presenten menos tersas. La producción de esta proteína cae en picado entre los 50 y 60 años.
Por suerte, existen tratamientos que pueden estimular la producción de colágeno por parte del cuerpo, si bien son más lentas que infiltrar colágeno directamente en una zona que queremos restaurar.
Beneficios estéticos del ácido hialurónico.
El blog de cosmética ISDN presenta un artículo bastante completo hablando de los beneficios del ácido hialurónico. Vamos a centrarnos en aquellos que lo diferencian del colágeno.
En primer lugar, el ácido hialurónico presenta una serie de ventajas respecto a la hidratación. Al suministrarnos ácido hialurónico preparamos nuestra piel para que esté hidratada continuamente. Para que retenga la humedad. Las células de nuestro cuerpo, y también las de nuestra piel, necesitan agua para poder nutrirse. Para restaurarse. La piel contiene entre un 70 y un 75% de agua.
Un ejemplo claro de hidratación es aplicar ácido hialurónico en el contorno de los ojos. La piel de esta parte de nuestro rostro es especialmente fina y tiende a resecarse con facilidad. Al suministrar ácido hialurónico a esta zona, revitalizamos indirectamente la mirada.
Otro beneficio destacable es su capacidad para dar volumen de una forma natural. Por medio de la infiltración de ácido hialurónico podemos reducir o eliminar arrugas. Lo hacemos porque estamos cubriendo el pliegue con moléculas que contienen agua. Esto lo que hace es que levantemos el surco de piel hacia arriba.
Ya en el aspecto cosmético, uno de los usos beneficiosos que tiene este ácido es la restauración de uñas y de cutículas. Al hidratar estas células muertas tendemos a fortalecerlas, haciendo que se vean más bonitas y corrigiendo imperfecciones. Sobre todo en la parte de piel que sujeta la uña.
Debemos recordar que el ácido hialurónico es un producto natural, por lo que no tiene efectos secundarios sobre el cuerpo y es fácilmente asimilable por él. También tenemos que tener en cuenta que el ácido hialurónico no se suministra en estado puro. Si no que se suele emplear como ingrediente de complejos y fármacos restauradores.
Los beneficios del colágeno.
El colágeno está presente en todas las estructuras del cuerpo humano. Desde la piel hasta en arterias, para dotarles de elasticidad. Todas nuestras articulaciones contienen colágeno. Es lo que les permite regresar a su posición natural. Determinados cartílagos de nuestro cuerpo, como las orejas, están formados fundamentalmente de colágeno.
Por tanto, el uso del colágeno sobrepasa el campo de la medicina estética. Teniendo varias utilidades en el ámbito de la salud. La revista de divulgación médica Healthline presenta un interesante artículo sobre los beneficios del colágeno. Nosotros nos vamos a centrar en los estéticos. Estos son los más destacados:
- Mejora la elasticidad y firmeza de la piel. El colágeno ayuda a que la piel se mantenga elástica y resistente a la flacidez. Contribuye a dar una apariencia juvenil y tonificada, reduciendo la apariencia de piel flácida.
- Estimulación de la regeneración celular. El colágeno promueve la renovación de las células y la reparación de los tejidos dañados. Con él se puede lucir una piel más radiante, acelerando la cicatrización de heridas y la reparación de daños cutáneos.
- Mejora la textura de la piel. Contribuye a la suavidad y uniformidad de la piel, mejorando su textura en general. Con él se consigue una piel más tersa, con menos irregularidades y más homogénea.
- Reduce estrías y cicatrices. Al reparar la piel, el colágeno ayuda a eliminar estrías y cicatrices, haciendo que sean menos visibles con el tiempo.
Principales diferencias.
La primera diferencia que encontramos entre el colágeno y el ácido hialurónico es el origen del que proceden los suplementos que se aplican en medicina estética. El colágeno utilizado en estos casos proviene de otros animales como pueden ser los cuernos o los huesos de la vaca. También se suelen utilizar restos de piel o huesos de cerdos, debido a la similitud genética de este animal con el ser humano. En cosmética y nutrición es frecuente el empleo de colágeno de origen marino. Procedente de escamas y espinas de peces. Y por supuesto, se puede utilizar colágeno de origen humano procedente de otra parte del cuerpo de la persona o de algún banco de donantes. Aunque suele ser menos frecuente.
El ácido hialurónico, por el contrario, se fabrica de manera sintética en un laboratorio, reproduciendo la composición natural.
El colágeno y el ácido hialurónico son dos elementos biocompatibles con el cuerpo humano. Su infiltración no produce efectos secundarios. Sin embargo, ambos terminan reabsorbidos por el organismo. Perdiendo, con el tiempo, la efectividad para la que fueron utilizados.
La presencia del colágeno infiltrado en el cuerpo suele ser de 3 a 6 meses. La duración depende del área tratada, de la cantidad de colágeno inyectado y de las características personales del paciente.
La duración de los tratamientos de ácido hialurónico es mayor. Suele durar entre 6 y 18 meses antes de que el compuesto sea reabsorbido por completo por el organismo. Aunque su duración es más prolongada, es necesario que el paciente se someta a infiltraciones de mantenimiento periódicamente. Así, por ejemplo, las personas a las que se les ha aplicado un relleno de ácido hialurónico en los labios o en las mejillas, suelen recibir a una inyección de mantenimiento cada 6 meses.
Las infiltraciones de colágeno y de ácido hialurónico producen efectos inmediatos. Tras salir de la sesión, la persona puede apreciar que su rostro está más terso. Sin embargo, debido a su absorción más rápida, el colágeno suele requerir retoques con mayor frecuencia que el ácido hialurónico.
El colágeno y al ácido hialurónico son compatibles y complementarios. De hecho, no es extraño que encontremos complejos de medicina estética que utilicen los dos ingredientes.
De todos modos, debemos tener claro cuál es el objetivo de nuestro tratamiento estético y las condiciones en las que se encuentra nuestra piel para inclinarnos más por uno que por otro.