La hostelería siempre ha sido un pilar básico en el conjunto de la economía española. Se trata de un tipo de negocio que está relacionado de una manera directa con el carácter alegre de los españoles y españolas, que no dejamos de ser personas a las que les encanta salir de casa en su tiempo libre y disfrutar de unas bebidas y tapas, o de unas comidas y cenas, con otros miembros de la familia, con amigos o con colegas del trabajo. Podríamos decir que esa es una de nuestras grandes aficiones y eso es lo que ha hecho posible que la hostelería goce de la salud que goza a día de hoy en el interior de nuestras fronteras.
Además, estamos viviendo unos años que son especialmente fuertes. Tenemos la sensación de que esa necesidad de disfrutar de nuestro tiempo libre en los bares y restaurantes ha crecido todavía más desde el final de la pandemia. Es como si, a causa del confinamiento y las posteriores restricciones que existieron entre los años 2020 y 2021, en España hubiéramos querido recuperar el tiempo perdido y dedicarnos a vivir y a vivir. Por eso, muchos bares y restaurantes de distintas ciudades y pueblos de nuestra geografía están batiendo verdaderos récords de facturación. Y nosotros nos alegramos por ello, faltaría más. Es una sensación que debemos celebrar y que ojalá se mantenga por muchos años más.
Uno de los secretos que se encuentran detrás de todo esto tiene que ver con la calidad y la conservación de los productos que se van a vender en un establecimiento de este tipo. Recordemos que estamos hablando, a fin de cuentas, de comida y bebida y que nadie suele andarse con tonterías a la hora de realizar consumiciones de este tipo. Lo que está bueno nos parece bueno, pero lo que no, nos asquea. Por tanto, los dueños de bares y restaurantes tienen que hacer todo lo posible por conseguir los mejores productos y deben invertir en la conservación de aquellos que requieran algo más de cuidado. Y, a lo largo de los próximos párrafos, vamos a hablar de uno de estos últimos: el vino.
Estamos hablando de un producto que consume una gran cantidad de personas en España. El hecho de ser un producto que se cultiva en muchas de las zonas geográficas de las que se compone nuestro país hace que haya sido una de las bebidas por excelencia en nuestra historia. Y, además, presenta una gran cantidad de variedades, así que no es de extrañar que haya miles y miles de personas que busquen en algún bar esa copa de vino que les deje el mejor sabor en la boca y que les permita saborear al máximo también esos momentos de ocio y tiempo libre que tanto valor tienen y que van a determinar lo felices que seamos.
Por tanto, es lógico que haya bares y restaurantes que se preocupen ya no solo por proporcionar el mejor vino para sus clientes, sino también que se preocupen de mantenerlo en las mejores condiciones para que se sirva como se debe servir. Como seguramente ya sepáis, el vino es un producto que se puede degradar si no se cuida como se debe. Hay que estar pendiente de la temperatura a la que se almacena, por poner un ejemplo. Y también se suele decir que es necesario que respire. Se trata de asuntos básicos que van a ejercer una influencia directa sobre la calidad del producto que el cliente va a consumir. Si nos equivocamos y no servimos el vino en las mejores condiciones, es posible que el cliente no vuelva a querer pisar nuestro establecimiento nunca más.
En relación a lo último que hemos comentado en el párrafo anterior, prestad atención a lo que apunta este artículo que vamos a compartir con todos vosotros y vosotras y que procede de la página web de la Federación de Enología. En él, se hace un perfil del consumidor de vino tipo en España. Suele ser un hombre de unos 50 años, de clase media-alta, que vive en pareja y cuyos hijos ya son mayores. Por tanto, hablamos de un cliente que es exigente y que no va a permitir que una copa de vino le sepa mal, algo que es perfectamente entendible y que también podría suscribir cualquiera.
En relación a lo que hemos venido indicando anteriormente, hay que decir que existen trucos para que la vinoteca que se use en un bar o restaurante cumpla de manera eficaz su función. Algunos de esos trucos los proporcionan en Giona Company. Aseguran que, a la hora de colocar la vinoteca, lo mejor es apostar por dejar un hueco de entre 3 y 5 centímetros alrededor de este mueble para que el vino respire. Y, además, se recomienda usar vinotecas con diferentes habitáculos si vamos a presentar vinos de diferentes características o incluso cavas. Y es que no todos deben estar regidos por las mismas condiciones de conservación.
La diferencia entre seguir estos trucos o no se notan y mucho. Cada vez son más las personas que lo notan. Y es que debemos tener en consideración que cualquier mínimo detalle se nota en el paladar de una persona que esté acostumbrada a tomar vino. Por suerte, son muchos los bares y restaurantes que saben de sobra la importancia que tiene contar con una vinoteca y que cada vez tienen más interés por tener información acerca de trucos como los que acabamos de compartir con todos vosotros y vosotras. Desde luego, es algo que permite catalogar a un servicio como excepcional. Eso marca el camino para hacer de un bar o restaurante el de confianza para la gente.
Un 32’6% de los españoles consume vino al menos una vez por semana, según una noticia que publicó la web de Efe Agro. O lo que es lo mismo: 1 de cada 3 españoles sigue esta costumbre. Y muchos de ellos suelen hacerlo fuera de casa, en horas de ocio y junto a esas personas que siempre quieren tener cerca cuando no tienen obligaciones. Por tanto, no cabe la menor duda de que la conservación del vino va a ser siempre una gran necesidad entre todos los profesionales de la hostelería y que de esto va a depender, en buena medida, los hitos que pueda conseguir el negocio tanto en la actualidad como en el futuro a corto, medio y largo plazo.
Otras cosas que deberás tener en cuenta
Por supuesto, no todo va a depender de la buena calidad del producto que tengas. Ni que decir tiene que este es un aspecto muy importante y sin el que no podrías tener éxito en el desempeño de un negocio como lo es un bar o restaurante. Hay que tener otro tipo de cosas en mente y con las que debemos cumplir sí o sí porque van a ser independientes a esa calidad de producto pero que pueden jugar una mala pasada a la popularidad del negocio si no son tenidas en cuenta cómo se debe. Vamos a analizar alguna de ellas.
- Atención al cliente. Los camareros tienen que ser agradables y serviciales con los clientes. El buen trato es otra de las grandes cosas que se destacan en lugares como las reseñas de Google y que hacen que la gente vuelva a un lugar.
- Un establecimiento limpio. En un lugar en el que se sirve comida y bebida, daría muy mala impresión que no se cumpliera con unos mínimos en lo que respecta a la higiene o la limpieza.
- Precios que no sean desorbitados. Esta es una de las cuestiones que debemos tener siempre en consideración puesto que es algo que los clientes siempre analizan antes de ir a un sitio. Si son demasiado caros, nuestra demanda se puede ver afectada. Pero si no los movemos demasiado y los dejamos accesibles al público en general, tenemos bastantes más opciones de convencer a la gente para que nos visite.
Grano a grano se hace granero, dice una frase hecha del castellano que viene a decir que todo suma a la hora de conseguir un determinado objetivo. Y eso es precisamente lo que ocurre en el caso de un negocio como del que estamos hablando, el de un bar o restaurante. Si sumas todo lo que hemos mencionado más arriba con la conservación de productos que son elementales en una carta, como es el caso del vino, es bastante probable que termines teniendo un granero bastante grande y que te proporcione beneficios.
El de la hostelería es un mundo muchas veces complicado, sobre todo por las horas en las que se suele trabajar, que suelen coincidir con las que otras personas tienen para el ocio. Pero proporciona mucha satisfacción el hecho de saber que la gente disfruta de verdad con lo que le podemos brindar. Todo tiene su lado positivo sin lugar a dudas y lo va a seguir teniendo. Y saber que la gente es feliz con nuestro trabajo es algo que siempre agrada saber.